Esta semana el consejo del Banco Central, en su reunión de política monetaria, acordó aumentar la tasa de interés en 50 puntos base, situándola en 11,25%, decisión que fue adoptada por la unanimidad de sus miembros. No obstante, lo que sorprendió en los mercados financieros no fue esta nueva alza de tasas, si no que la noticia de que la tasa de política monetaria no va a aumentar más, y se mantendría en estos niveles por dos años hasta controlar la meta inflacionaria, que es de un +/- 3% anual y que hoy en día ya es de un 9% (a septiembre), acumulando en los últimos 12 meses un 14.1%, la más alta de los últimos 28 años. Esta noticia generó un movimiento errático en la valorización del dólar, ya que un alza sostenida de tasas ante una inflación descontrolada, a la vez que el Banco Central indicara que no aumentaría más las tasas, demuestra una incertidumbre generalizada en los actores financieros chilenos, moviendo el precio del día martes 12 de octubre desde $926 hasta $945, retrocediendo el día miércoles 13 a los $933.
Estos movimientos de alta volatilidad, nunca antes vistos en el dólar, reflejan el miedo del mercado, en específico de los grandes inversionistas extranjeros, entre ellos los más importantes, que son los bancos, los cuales no observan una economía chilena estable, existiendo una fuerte batalla entre los que creen que va a subir y los que creen que va a bajar (osos y toros). Esto, ya que por un lado hay un Banco Central diciendo que ya se está controlando la inflación y sería suficiente esta última alza de tasas, y por otro lado tenemos la existencia de una inflación inédita que pareciera no tener techo, y que empeora cada día más con las medidas económicas que se adoptan.
Tal ha sido esta noticia que algunos de los principales actores del mercado financiero en Chile hablan de que, a principios del 2023, comenzarían recortes de tasa en 50 y 100 puntos base por cada reunión que tenga el consejo del Banco Central, visión que en mi opinión se encuentra totalmente alejada de la realidad. Con los antecedentes existentes se observa una contradicción importante por parte del Banco Central, ya que han mencionado anteriormente que es muy probable que entremos en recesión en el 2023, y lo que genera esta alza de tasas es que sea más caro endeudarse a largo plazo. Así lo han demostrado los datos de la CMF, los cuales reportaron que los créditos hipotecarios disminuyeron un 47% en lo que va de 2022. A esto se suma la disminución en la clasificación de riesgo país y que la intervención del Banco Central en el tipo de cambio, que fue de 25.000 millones de dólares, correspondientes a un tercio de los ahorros fiscales, ya terminó y no habrá otra.
Todo esto pareciera no importarle mucho al gobierno, ya que no sabemos de un robusto y serio paquete de medidas que busque enfrentar esta deteriorada situación económica, y vemos a un nervioso ministro Mario Marcel, tartamudeando en programas de televisión y yendo a EE.UU. a buscar inversionistas, sin una respuesta positiva ya que ellos saben los problemas económicos de fondo, y consideran que Chile no es una buena opción de inversión, al menos por los próximos años.
Al dólar ya le queda poco tiempo en los $900…