Muchos economistas entendidos en el tema de la valorización del dólar peso profetizaban que, si ganaba la opción Rechazo en el plebiscito de salida, el valor del peso chileno se apreciaría bastante, lo que generaría que el valor dólar peso disminuiría por debajo de los $850 en su cotización. Y lo que ocurrió en la mañana del lunes 5 de septiembre no fue muy lejano a dicho anuncio. Siendo las 7:55 am de ese día, mucho antes que el mercado abriera formalmente a las 9:00 am, la divisa ya marcaba un precio de $843, casi 40 pesos más abajo de lo que había cerrado el viernes 2 por la tarde. Al sonar la campana, que anunciaba que el mercado se encontraba formalmente abierto, el valor de la divisa se comenzó a corregir, volviendo a precios de cotización entre $855 y $870, valores que fácilmente los había recuperado sin mayor esfuerzo luego del resultado del plebiscito sobre la propuesta constitucional. Esto debe significar una especie de récord Guinness para nuestra divisa, ya que solo durante el día lunes antes de las 12:00 am el precio había fluctuado $80 pesos en bajada y subida, algo que nunca había ocurrido. Ya cercano al cierre del mercado, hora un poco variable dependiendo de cada contraparte, pero que en el caso chileno corresponde a las 14:00 horas, la divisa se situaba sobre los $880 nuevamente.
Algunos economistas como Ignacio Briones o Manuel Marfán (ambos ex ministros de Hacienda), mencionaban en un meeting con colaboradores de Capitaria, un importante bróker de posiciones de contratos CFD en Chile y Latinoamérica, que los mercados son estadísticamente eficientes, es decir, que el precio del dólar en Chile ya había reconocido que el rechazo a la propuesta constitucional resultaría ganador y que el efecto rebote que describimos anteriormente sería un movimiento natural en la divisa, luego de que se disipara la incertidumbre y se comenzaran a analizar los datos macroeconómicos del país. Tales datos macroeconómicos son de extrema preocupación (o deberían) para el gobierno y para los chilenos. La marcada agenda del Banco Central al inyectar 25.000 millones de dólares, equivalente a un tercio de los ahorros de la nación, dejaron al descubierto la compleja situación del peso chileno, y eso, si sumamos las pésimas políticas anunciadas por el gobierno del presidente Boric, hacen prever un difícil panorama económico para los próximos meses.
El presidente, que acaba de regresar de su primera visita a las Naciones Unidas, donde aprovechó de homenajear los 50 años que en diciembre se cumplirán del mensaje que diera el ex presidente Salvador Allende en ese organismo, da la impresión que quisiera parecerse bastante más al líder de la Unidad Popular en lo que a política económica se refiere. La negativa a aprobar el TPP-11 y las declaraciones de los partidos de su coalición, que abogan por un «sistema económico internacional antiimperialista»así lo han dejado en claro. Es de esperar que la política de imprimir billetes que el ex presidente Allende llevó a cabo, y que devaluó la moneda por esa emisión descontrolada para financiar sus promesas de cambio social, no sea la orientación que guíe a este gobierno.
Pareciera que la única razón por la cual el dólar peso se mantiene un “poco estable” es la permanencia en el cargo del actual ministro de Hacienda Mario Marcel, quien ha demostrado que su prestancia y tranquilidad son contagiosas en un mercado financiero chileno difícil de controlar, pero que se encuentra secuestrado por ideas radicales, con promesas de cambio y de ayuda social similares a las que tanto daño le hicieron a Chile en el pasado, a Venezuela hoy y a Colombia, muy probablemente, en el futuro. Sin lugar a dudas las altas volatilidades que ha sufrido últimamente el precio del dólar peso demuestran que la economía chilena se encuentra totalmente deteriorada.