Desde el inicio de la invasión rusa el gobierno ucraniano declaró ley marcial. Entre sus medidas está el hecho que sólo las mujeres y los menores de edad pueden abandonar el país. Además, se estableció toque de queda a contar de la medianoche.
Los chilenos sabemos lo que es el toque de queda, hace poco tiempo atrás vivimos por un año y medio bajo esa medida por un virus que no era más mortífero que una gripe, pero acá en Ucrania esta medida restrictiva es por una amenaza real y concreta, es decir, no se basa en supuestos como sucedió en Chile. Los restaurantes cierran alrededor de las 22:30 y las calles comienzan a quedar vacías, por lo que el panorama nocturno para ese sábado fue ver el festival Eurovisión por televisión.
En 2022 Ucrania ganó Eurovisión, y este año la canción “Corazón de Acero”, del dúo Tvorchi, no pudo repetir el logro, pero todo el país se volcó a verlo mientras los rusos lanzaban un buen arsenal de misiles. Las alarmas de ataques aéreo se mezclan con la música de los participantes que suenan en los televisores. Ya es la cuarta alarma de bombardeo que escucho en menos de 24 horas; puede ser estresante, y los ucranianos han escuchado cientos de ellas. Las sirenas son parte ya de la vida y las resisten, siguen resistiendo.
Es domingo y el centro de Lviv es fulgurante, día de la madre en Ucrania y también en Chile. Primavera y alegría. Todos quienes repletan las calles también pasaron una mala noche como yo, o quizás ya no sienten las sirenas pero -como sea- se les ve alegre. Más gente se reúne a cantar folklore. Caminando me encuentro a una banda de vientos y percusión, son unos jóvenes que no deben superar los 18 años que interpretan música pop. El 10% de lo recaudado será donado al ejército. Su instagram (@royal_brassband) muestra los depósitos que hacen a las fuerzas armadas.
Lviv es una ciudad especial, acá nació Ludwig von Mises, el más importante economista de la escuela Austriaca de Economía. En la casa donde vivió hay una placa que lo destaca, está escrita en ucraniano y en inglés, no hay museo. Von Mises no es muy conocido en su ciudad natal pero sus estudios influyeron en varios ganadores del Nóbel de Economía.
Hay una frase de von Mises que los ucranianos la aplican minuto a minuto: «Quien ame la libertad debe hallarse siempre dispuesto a luchar hasta la muerte contra aquellos que sólo desean suprimirla». Pienso en ese militar despidiéndose entre lágrimas de su hija, en esos militares que caminan a los que no les pregunto los nombres, solo intento averigüar cuál es su destino o qué funciones cumplen en el frente de batalla, ¿Vivirán para contar que lucharon por la libertad de su país, para proteger a todo un continente y defender una visión de mundo, del que usted y yo somos parte?
Los ucranianos aman la libertad, la libertad ama a los ucranianos, que el destino de ellos no sea advertirnos de un futuro de servidumbre y opresión. Todos quienes me rodean en este viaje luchan hasta la muerte contra el tirano ruso que hoy va por ellos, como en 2008 fue por los georgianos. El imperialismo debe parar; la libertad y la paz deben triunfar.